miércoles, 2 de septiembre de 2020




Este título, ciertamente abarcador, ofrece al lector una crónica integral del proceso educativo y las fórmulas de mediación pedagógica que han marcado su desarrollo desde la aldea tribal hasta el mundo globalizado de hoy.

 

En sus 296 páginas están contenidos los hechos, culturas, enigmas, principios, enfoques y tendencias orientadoras de la enseñanza-aprendizaje, en una trayectoria que inicia con la educación inescolarizada o no escolarizada de la sociedad primitiva y termina con la actualidad y prospectiva de la educación virtual —coincidentemente en pleno auge mundial por causa de la pandemia de Covid-19—, no sin antes registrar el surgimiento de la escuela como proyecto social dentro de los cánones de perfección humana propios de la paideia griega y su posterior adopción por los romanos; la contribución árabe a la ciencia y el arte; el impulso del humanismo renacentista; el Renacimiento islámico, macedónico y europeo y su contribución a la ampliación de las áreas del conocimiento; la reivindicación del origen de la universidad en los centros de formación budista de la India o la Academia Imperial en China, con el significado y rasgos esenciales que hoy conocemos en Hispanoamérica; y una amplia lista de universidades persas, árabes, europeas, hispanoamericanas y americanas.              

Capítulo especial ocupa el tema de la educación a distancia con sus hitos históricos, mitos,  realidades, universidades pioneras en distintos países del mundo y una ilustrativa crónica sobre el alto número de estas que se crearon en la época dorada de este tipo de educación —los años 1970-1980—, recorrido con base en el cual el autor deja sentado que “la división en las diversas formas de oferta académica presencial y no presencial se justifica solo desde el punto de vista metodológico, como quiera que la educación es una sola y debe concebirse de manera articulada en todas sus dimensiones”.

Colombia, país considerado uno de los pioneros en esta modalidad en el mundo, es presentado tanto desde las tendencias internacionales que fundamentaron su avance en este campo como desde los grandes acontecimientos que marcaron el origen y desarrollo de la educación en el país, entre ellos las misiones pedagógicas alemanas, la experiencia innovadora de Radio Sutatenza en materia de educación campesina, los programas a distancia para la profesionalización del magisterio, y más recientemente la educación virtual con todo el andamiaje de tecnologías de la información y la comunicación.

Como puede deducirse, la obra es un compendio muy bien articulado de momentos, modalidades, tecnologías y líneas de pensamiento puestas al servicio de la educación y a través de ella de la ciencia y la cultura.

Autores & Estilos agradece al autor el habernos confiado la corrección del manuscrito.

sábado, 11 de julio de 2020

Nueve revistas colombianas entre las cien mejores
del Ranking REDIB 2019

Por: Azucena Martínez-Alfonso

Según reporte reciente de la Red Iberoamericana de Innovación y Conocimiento Científico (REDIB), en la segunda edición del Ibero-American Journal Ranking participaron 3371 revistas de 36 países de mundo. Colombia está presente con 480 revistas, nueve de las cuales figuran entre las cien primeras posiciones.  De estas, seis corresponden a ciencias sociales y humanidades, dos a ciencias de la salud y una a ciencias físicas e ingeniería.

Dicho esto, veamos la información relevante de cada una. 

Revista
Puesto
Entidad editora
Materia
Latin American Journal of Content & Language Integrated (LACLIL)
25
Universidad de La Sabana
Educación e Investigación Educativa
La Palabra
29
Universidad Pedagógica
y Tecno­ló­gica de Colombia
Literatura
Novum Jus
31
Universidad Católica de Colombia
Legislación
Colombia Médica
33
Universidad del Valle
Medicina Interna y General
PROFILE Issues in Teachers' Professional Development
51
Universidad Nacional de Colombia
Educación e Investigación Educativa
Revista Cuidarte
73
Universidad de Santander
(Co­lom­bia)
Enfermería
Biomédica. Revista del Instituto Nacional de Salud
75
Instituto Nacional de Salud
Medicina Tropical
Ingeniería e Investigación
85
Universidad Nacional de Colombia
Ingeniería
Historia Crítica
91
Universidad de los Andes
(Colom­bia)
Historia

Por número de revistas, Colombia ocupa el segundo lugar después de Brasil, país que registra 932 revistas en el corpus global.  Los restantes 17 países de América incluidos en la clasificación 2019 contribuyeron, por número de revistas, en el siguiente orden: Argentina (276), México (172), Chile (104), Perú (101), Ecuador (96), Costa Rica (83), Cuba (74), Venezuela (58), Paraguay (15), Uruguay (14), Bolivia (8); El Salvador, Puerto Rico, República Dominicana y Nicaragua con 7 revistas cada uno; Panamá (5) y Estados Unidos (4).

Cómo acceden las revistas al Ranking REDIB 

Para incorporarse a la REDIB las revistas deben ofrecer libre acceso (open access) al texto completo, es decir, “acceso gratuito a la información y al uso sin restricciones de los recursos digitales por parte de las personas” (Unesco, s.f., párr. 2); estar en formato electrónico; y cumplir los criterios de calidad obligatorios y recomendados en materia de política y gestión editorial, presentación de los contenidos y de inclusión en la plataforma. 

Este escalafón, según la REDIB (2020), “va mucho más allá el mero cómputo de citas en el período determinado y la división por el número de artículos, porque contextualiza las citas en cada materia, atendiendo a las peculiaridades de éstas (número de publicaciones, impacto medio esperado, etc. (…) Se diferencia de otros elaborados sobre corpus de documentación similares, en que es el único que hace cálculo de las citas esperadas o que compara sus revistas con el resto del mundo, fuera del propio corpus”.

Referencias

Red Iberoamericana de Innovación y Conocimiento Científico [REDIB]. (Julio 9 de 2020). Ranking de revistas REDIB 2019. https://redib.org/Ranking/Revistas?­lng=es&fbclid=­IwAR21GmLh1HzDTYy8OE­y95PtEXu­YJJk98­OIEhuyr2kuvqWLXB5rQxvAHCpq8

viernes, 5 de junio de 2020



Recursos lingüísticos 

para la comunicación científica

Por: Azucena Martínez Alfonso


Acercar la ciencia al gran público exige un lenguaje al alcance de todos y en los términos precisos, lo cual constituye un reto tanto para los investigadores como para quienes intervenimos en el proceso de divulgación de los nuevos hallazgos.

Conscientes de ello, la Real Academia Española (rae) y la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (fecyt) unieron esfuerzos para crear y poner a disposición de la comunidad hispanohablante Enclave de ciencia, una plataforma de recursos lingüísticos, documentales e informativos que además de dar valor al vocabulario científico-técnico español para que se utilice en forma correcta, facilitan la comunicación y la integración entre los distintos actores de la cadena del conocimiento.

Enclave de ciencia, si bien está dirigida a investigadores y divulgadores de temas de ciencia, constituye un importante recurso para autores, correctores de texto, traductores, editores y todos aquellos cuya actividad profesional esté relacionada con la producción y tratamiento de contenidos o se sientan comprometidos con la apropiación social del conocimiento.

Enclave de ciencia (https://enclavedeciencia.rae.es/) entró en actividad el 29 de mayo y su gran valor está en permitir el acceso directo a recursos provenientes de distintas entidades vinculadas con la actividad científica, entre los cuales están:

·      DLECT o subconjunto de entradas del Diccionario de la lengua española que tienen relación con la ciencia y la técnica.

·      TERMINESP: base de datos de la Asociación Española de Terminología (aeter).

· DICCIOMED: Diccionario médico-biológico, histórico y etimológico construido por la Universidad de Salamanca (usal).

·      DEIng: Diccionario español de ingeniería.

·    CORPUS con ejemplos de uso procedentes de tres fuentes: 1) el subconjunto del corpus del español del siglo XXI (corpes) construido por la rae, con algo más de noventa millones de palabras de carácter científico-técnico; 2) noticias del Servicio de Información y Noticias Científicas (sinc) de la fecyt; y 3) textos editados por la fecyt en los últimos años.

·     DIVULGACIÓN, pestaña que remite a diferentes recursos de la fecyt, como Divulgateca, un espacio con los más destacados proyectos, recursos o medios y estudios de divulgación científica financiados por esta Fundación, y

·   ¡COLABORA!, propósito para el cual la fecyt desarrolló Precipita, herramienta de comunicación que conecta a investigadores, ciudadanos y personas interesadas en la ciencia.

Enclave de ciencia, afirma Paloma Domingo García, directora general de la fecyt, “está llamada a convertirse en un instrumento de apoyo al conocimiento científico, y este conocimiento es la mejor garantía para lograr una sociedad más formada y más comprometida con la ciencia, la tecnología y la innovación”.

Fuentes:
Real Academia Española [rae]. (28 de mayo, 2020). Presentación de Enclave de cienciahttps://www.youtube.com/watch?v=HKMw0R3XMTs&t=1965s
Real Academia Española. (s.f.). Enclave de cienciahttps://enclavedeciencia.rae.es
Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología [fecyt). (28 de mayo, 2020). Nace la plataforma de servicios lingüísticos Enclave de cienciahttps://www.fecyt.es/es/noticia/nace-la-plataforma-de-servicios-linguisticos-enclave-de-ciencia

martes, 18 de junio de 2019

Conocimiento científico. Ciclo básico y actores claves


Por: Azucena Martínez-Alfonso


El conocimiento, entendido como el conjunto de observaciones, experiencias, sensaciones, reflexiones, indagaciones y saberes que progresivamente le han permitido a la humanidad comprender el mundo, ha sido objeto de múltiples clasificaciones, una de ellas dependiendo del modo en que se adquiere. Se habla entonces de conocimiento sensible, vulgar o empírico (el que se obtiene por medio de los sentidos y la experiencia), filosófico (el resultante de la reflexión y la argumentación) y científico (producto de la investigación y análisis crítico de la realidad).

Este escrito está referido al conocimiento científico, esto es, al resultante de un proceso de investigación en el que a partir de un procedimiento sistemático (método) de observación, experimentación y análisis se obtienen resultados demostrables y verificables del fenómeno en estudio. El objetivo es visibilizar la triada de pasos que constituyen el ciclo básico de este tipo de conocimiento, y en especial la de los actores que lo producen y dinamizan, esto es: investigadores, autores y editores.

        Ciclo básico del conocimiento científico


Esquematizado con base en una de las características propias de este tipo de conocimiento, la de ser cíclico, de manera simplista el ciclo puede reducirse a la triada que se presenta en la figura 1.



Figura 1. Ciclo básico del conocimiento científico
Fuente: elaboración propia.

Si estos tres pasos pueden resultar suficientes, ¿dónde está, entonces, la complejidad del asunto?

Fundamentalmente en el hecho de que al ser producto de la investigación científica debe surtir un proceso que, además de exigir el cumplimiento de unos requisitos rigurosos en cada uno de los tres pasos —como se verá en próximos escritos—, implica un ejercicio de razonamiento y de toma de decisiones no pocas veces obstaculizado por situaciones tan inesperadas como: 1) la falta de consenso respecto a algunos conceptos y a la clasificación de los distintos tipos de investigación, por ejemplo; 2) la diversidad de teorías y métodos desde los cuales es posible abordar un problema; 3) la terminología especializada de la ciencia; y 4) la más preocupante de todas en palabras del premio Nobel de Medicina 1960, Peter Brian Medawar: “La mayoría de los hombres de ciencia no han recibido ninguna instrucción formal en el método científico, y (…) quienes parecen haberla recibido no muestran una superioridad sobre quienes no la recibieron” (citado por Franco Vera, 2012, p. 1).

        Actores claves del conocimiento científico


En cada uno de los pasos básicos expuestos en la figura 1 hay una parte humana que no solo dinamiza el ciclo virtuoso del conocimiento científico, sino que le imprime valor y garantiza el cumplimiento de los parámetros de ética, legalidad, transparencia, claridad, precisión y comunicabilidad, entre otros valores que le son propios (Bunge, 1958, pp. 11-12). Tales actores se muestran en la figura 2.


Figura 2. Actores claves del conocimiento científico
Fuente: elaboración propia.

Aquí también la cuestión se complica una vez se pasa a ver en detalle las características humanas, formativas, experienciales y de conocimiento específico que deben tener investigadores, autores y editores no solo para ejercer su actividad y función con calidad y profesionalismo, sino para contribuir eficazmente a hacer menos tortuoso el andar a quienes han optado por el camino de la ciencia.

En el caso de cada uno de estos tres actores, al saber propio del rol específico que desempeñen deben añadir: 1) lo relacionado con el buen uso del idioma, en general, y la escritura científica o académica, en particular; 2) la metodología exigida, de una parte, por cada área de la ciencia y, de otra, por el escenario o el medio donde se vaya a difundir, divulgar o comunicar el nuevo conocimiento; 3) los requisitos de la divulgación científica y, en especial, lo relativo al derecho de autor, entre otros temas, como se verá en próximas entregas.

Como se aprecia en la figura 3, el ciclo y los actores constituyen una unidad en orden al desarrollo y avance del conocimiento científico, aunque cada paso y cada tipo de actor tengan sus propias funciones, acciones y responsabilidades.



Figura 3.  Unidad funcional y operativa del conocimiento científico
Fuente: elaboración propia.


Referencias

Bunge, M. (2014). La ciencia, su método y su filosofía. Buenos Aires: Siglo Veinte.
Franco Vera, L. (Marzo, 2012). Método científico. Actitudes del investigador. Trabajo presentado en el Primer Congreso Nacional de Estudiantes de Medicina, Universitat Jaume I (UJI). Recuperado de https://www.ramcv.com/copia-de-anales-2013

Caquetá. Rastreo de una barbarie silenciada


La historia de violencia en el Caquetá, signada principalmente por el interés de distintos actores sobre la tierra y los recursos naturales, así como la violación sistemática de los derechos humanos a que históricamente se ha visto sometida su población ante la inoperancia, el encubrimiento o la represión por parte del Estado, son visibilizadas en esta publicación del Centro de Investigación y Educación Popular. Programa por la paz (Cinep/PPP, 2019), a partir de la contextualización de distintas situaciones y circunstancias (primera parte) y del barrido de 355 casos ocurridos entre 1988 y 2018 que pudieron ser registrados (segunda parte), pues muchos más quedaron en el anonimato por miedo a las represalias, por desplazamiento de las víctimas o porque sus voces fueron cruelmente silenciadas. 

La primera parte da cuenta de los procesos que fueron y continúan configurando esta historia de barbarie y de impunidad que comenzó hacia 1890 con los procesos extractivos del caucho, el exterminio de indígenas y el acaparamiento de tierras mediante la expropiación a pequeños colonos por parte de la Casa Arana, prosiguió con la presencia de fuerzas de distinto orden que con el argumento de la llamada “guerra anticomunista” por parte del Estado han tenido patente de corso para violar los derechos humanos sin mayores problemas, y continúa con las políticas extractivistas de propensión depredadora.    

La segunda parte documenta principalmente crímenes de Estado que van desde detenciones arbitrarias, tortura, desplazamiento y desapariciones hasta asesinatos y ejecuciones cometidas por hombres armados, paramilitares, policía y ejército, entre otros. De los datos expuestos cabe resaltar que en los 30 años que cubre la recopilación de testimonios (1988-2018) solo 1995 y 2001 no registran ningún caso, mientras que el período 2004-2008 suma 219 casos, la mayoría de ellos en total impunidad.  

En un país donde la denuncia de un ilícito puede conllevar la revictimización, por cuanto la propia Fiscalía en muchos casos no puede cumplir con la obligación de “velar por la protección de las víctimas, testigos e intervinientes en el proceso”, y la recopilación de datos además de riesgosa es bastante dispersa, resulta especialmente ilustrativa y reparadora la cronología de testimonios que presenta el Cinep/PPP en este Caso tipo.

Autores & Estilos le agradece el habernos confiado la corrección de estilo de la primera parte de esta publicación que puede consultada en el siguiente enlace: